domingo, 1 de marzo de 2009

El vuelo de la mariposa

Primera parte.


Comienzo a abrir los ojos, el mareo constante aturde mis pensamientos, no recuerdo casi nada de lo ocurrido, sólo una pregunta que se formaba dentro de mi cabeza ¿Por qué estoy aquí?, me sentía cansada, demasiado débil como para incorporarme, todo esto no causó mi preocupación.
Mi ojos admiran la tonalidad del cielo, una gama de colores provocados por una puesta de sol, mi cuerpo se movía lentamente para tratar de incorporarme, mis músculos tiemblan adoloridos, mis ropas sucias: mi pantalón tenía un par de hoyos a la altura de ambas rodillas, mi blusa verde era un collage de ramas y tierra, mis botas sucias con las suelas desgastadas, mi aspecto en ese momento no me importaba, sino los hechos por los que estaba así.

Tan pronto logre estar de pie, mis ojos se agrandaron con lo que la luz proyectada a la visión más extraordinaria, se trataba de un lugar que jamás había visto, un gran bosque oculto de todo mapa, y de la vista pasante, un bosque por debajo de varios metros de la altura normal, sin salida visible doy la vuelta para encontrar a unos metro cerca, grandes y extrañas flores, de hojas prominentes, colores fosforescentes, únicas en su clase, todas en conjunto formaban una gran espiral, un laberinto de color.

Me acerqué a ellas para visualizar sus formas, camine sigilosamente, con la precaución que mis sentidos me daban, al estar tan cerca de una, una destello en el centro de la espiral llamó mi atención, se trataba de una flor hermosa, diferente de las otras, sus pétalos de gran tamaño se movía de arriba hacia abajo, como si fueran las alas de un insecto. En el instante en que pensé en las alas de un insecto, me perturbé al no escuchar el ruido de las aves, de los insectos, alguna hormiga por el suelo pastoso, nada el silencio abrumador combinado con la pronta oscuridad que cubrió el cielo convirtió la escena cautivadora de la belleza en una situación terrorífica, hizo que mis sentidos chocaran con mis emociones, estaba sola.

Me alejé de la espiral de las flores, camine hacia atrás sin dejar de verlas, el viento se tornaba frío, me di cuenta de que mis brazos mostraban grandes rasguños, algunos aún sangraban, miré por todos lados, buscando algo, alguien que me hiciera sentir segura, que me ayudará a comprender pero sobre todo recordar, la razón de mi aparición en aquél lugar desconocido.

La noche había terminado de caer, la oscuridad era tan penetrable a mis ojos que apenes resaltaba la forma de la espiral de las flores, en el cielo las nubes se desplazaban con rapidez unas tras otra, sin dar espera a formar figuras, su velocidad se incrementaba formando una especie de sonido, el viento hacia volar hojas de los árboles, me quedé de pie viendo las nubes, hasta que un ruido más se unió a la orquesta.
Provenía de la espiral de las flores, la flor que resaltaba sobre las demás, la del centro de la espiral, como rasguños sobre una puerta, del interior de la flor de pétalos en forma de alas, una mariposa negra del tamaño de un corcel surgió al vuelo, desplegó sus alas y voló, de una forma maravillosa, una danza a la luna, que había aparecido después del paseo rápido de las nubes, la luz de la luna formaba un brillo cautivador alrededor de la mariposa, de pronto mi estado de hambre inmensa, el ardor de mis heridas mi cuerpo cansado, se olvido de todo, entregado al vuelo de la mariposa
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